La noticia, en prensa, que hablaba de un grupo de adolescentes, entre 14 y 16 años, en un lago de Florida, grabando a un hombre que se estaba ahogando, al tiempo que, en tono de burla, se oían frases como: “sal del agua, que vas a morir”, “no hay nadie para ayudarte, estúpido”, “no vamos a salvar tu culo. Nadie te va a ayudar, perro estúpido”; me hicieron pensar: ¿Qué cortocircuito ha provocado que se den este tipo de escenas en las que, ante una situación de peligro de muerte, de muerte inminente, se prefiera grabarla a intentar socorrer o, al menos, buscar ayuda?

No hubo intención de auxilio, ni siquiera una llamada a emergencias. La noticia acaba así: “Al ser interrogados no mostraron remordimientos sino indiferencia”.

Bien, este es el relato de lo sucedido, y más allá de todos los calificativos que se nos puedan ocurrir, hay un acto cometido por unos sujetos. Y me pregunto, ¿qué sujetos?

Algo que cada vez nos estalla en la cara, con más frecuencia, son algunos de los efectos del desvanecimiento del NP. Estos adolescentes son capaces de grabar esta escena sin que “se les mueva un pelo”. Algo que se confirma, después del acto, cuando la policía se sorprende de la indiferencia que muestran al narrar los hechos.

No hay vergüenza, no hay culpa, ni angustia, ningún afecto. No hay división subjetiva, no hay el Otro de la mirada, no hay Otro del Ideal del yo. Y si hay, no se le encuentra.

Creo que este acto, evidencia de los efectos que lo simbólico puede hacer respecto al goce. Si no hay simbólico, no hay Otro que regule el goce. “Todo es posible”.

El boom de la imagen, de las imágenes, ya sea para: fotografiarse, grabarse, grabar peleas, grabar violaciones en grupo, grabar un accidente,…ha producido algo impensable hace años.

Desde el psicoanálisis, la caída del NP y, en consecuencia, el debilitamiento de la ley (en este caso incluso la ley social: no fueron acusados de nada, no incumplieron ninguna ley), del Ideal del yo, en definitiva del registro simbólico permite que cada vez, y con más frecuencia se den este tipo de escenas en las que privan imaginario y real sin más. Es la satisfacción de la pulsión sin rodeos. La mirada como objeto de goce.

El único significante en juego es “el desprecio”. Las palabras que se oyen en la grabación hacen referencia a ello. ¿Es este significante al que se identifican? ¿A qué rasgo se identifican para hacer grupo?

Freud, en El Malestar en la Cultura, dice: “…no puede soslayarse la medida en que la cultura se edifica sobre la renuncia de las pulsiones….. Esta denegación cultural gobierna el vasto ámbito de los vínculos sociales entre hombres”.

La cultura tradicional con sus normas, su ritos, sus tradiciones, regulaban, más, ponían límite a la pulsión. Y, esta renuncia que se sostenía con el superyó de la ley, ha dado paso al superyó del goce. Entonces, ¿cómo hacer lazo social? , ¿a qué identificarse? Simplemente a un rasgo de goce, es decir, a una identificación imaginaria que hace su función en ese momento, sin más.

“Estaremos atentos a los acontecimientos por venir.” ( Freud. El Malestar en la Cultura.)

Juana Planells.

Septiembre de 2017.