COMUNIDADES, TRIBUS, SEGREGACIÓN

La identidad no es un concepto lacaniano. Lacan plantea que realmente no hay identidad sino que ésta es un fenómeno imaginario. Ante la debilidad de lo simbólico y el vacío dejado por los ideales, las identidades aparecen como modos de suplencia que implican también modos de segregación.

La segregación es abordada por Lacan como inherente al discurso, es decir, inherente a las formas que adopta el lazo social, es estructural. El discurso de la ciencia hace funcionar un Para-Todos que conlleva el intento de suprimir las diferencias a nivel del deseo y del goce, intentando homogeneizar los modos de gozar, pero algo resiste a esa homogeneización.

Surgen nuevas comunidades y tribus urbanas como formas de malestar en la cultura. Las diferentes comunidades ya no se unen por el Ideal del yo1 sino por un mismo goce, son comunidades de goce. Están las comunidades religiosas, políticas, científicas, militares y otras que se unen por vínculos identitarios como minorías sexuales, grupos de enfermos, adictos, etc.

Encontramos también comunidades virtuales que han tomado fuerza a partir de los años 90, formadas por individuos solitarios que se agrupan según sea su modo de gozar: goce sexual, manera de comer,…etc.

Por otra parte, las tribus urbanas que surgieron en el siglo XX en las ciudades, se unen por rasgos imaginarios como el aspecto, vestimenta, hábitos y lugares comunes de reunión.

En este contexto, el discurso analítico tiene lugar en el malestar actual porque se presenta en la ciudad como un objeto versátil a ser tomado en las diversas configuraciones transferenciales por la vía uno por uno.

Lierni Irizar y Liana Velado

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1. S. Freud “Psicología de las masas y análisis del yo” en. Obras completas Tomo XVIII. Buenos Aires Editorial Amorrortu 1975.