Desde Freud sabemos que el mecanismo de la identificación es fundacional en la constitución subjetiva de alguien, lo nuevo es el efecto de segregación que genera. Si no te identificas con determinada tendencia, entonces estas en contra. No solamente afuera de, sino en contra de. De ahí que la reverberación de estos nuevos pseudo nacionalismos estén tomando tanta fuerza, y nos encontramos en el siglo XXI peleando batallas que creímos ganadas después del horror de la Segunda Guerra Mundial.

Nos encontramos con una reivindicación del fundamentalismo religioso (en todas sus versiones), una recrudescencia del racismo y un empuje feroz a la polarización de lo que queda de las ideologías políticas. Cada uno de estos aspectos, alimentan una versión de un Otro feroz, al cual hay que responder con una identificación clara y sostenida que se defenderá a cualquier precio.

Un paciente contaba la difícil pelea que se sostiene en estos días, al menos en algunos círculos de Estados Unidos, dentro de la comunidad conocida bajo las siglas LGBTQ + (Lesbain, Gay, Bisexual, Transgender, Queer… y aún más) Nuevas siglas añadidas han despertado el descontento dentro de esta comunidad. Ahora, no solo se trata de la “comunidad LGBTQ+” sino LGBTQIAPK+ (Lesbain, Gay, Bisexual, Transgender, Queer, Intersex, Asexual, Pasnexual/Poligamia/Poliamorosos, Kirk) El impasse vino de la subcomunidad de Transgender quienes no reconocen y además segregan al grupo llamado Intersex, quienes se definen como aquel grupo de personas que han nacido con un determinado genero pero que sus órganos reproductores pertenecen al sexo opuesto o no se diferencian con facilidad (1). Entonces esta comunidad LGBTQ+, que en los últimos años ha ganado batallas importantes en relación con sus derechos ciudadanos, se encuentra actualmente dividida en su seno gracias a las mismas clasificaciones que ellos mismos como comunidad han inventado. Y este es solo un ejemplo, que permite ilustrar muy bien como a mayor clasificación mayor segregación.

Como indica Marie-Hélène Brousse, “El siglo XXI ve desplegarse un nuevo movimiento de reivindicación que moviliza otro significante, un significante nuevo: el género […] Si el género ya no determina el sexo en la supuesta diferencia, reducida a la anatomía, entre hombre y mujer, surgen entonces dos preguntas: ¿El género sustituye a la identidad sexual? ¿A dónde se desplaza la función erótica que los “sexos masculino o femenino” situaban, o pretendían situar, al servicio de los sistemas de parentesco, bajo el control de la anatomía? Respuesta: “all over the place” (2).

Pero el campo de la identificación sexual no comporta un estatuto especial al respecto de la dinámica de las identificaciones contemporáneas. La dsicusión racial también: en el 2014 una discusión acerca de la identificación racial es desatada en Estados Unidos a partir de que una activista por los derechos afro-americanos, Presidenta de la Asociación Nacional para el Avance de la Gente de Color (siglas en inglés: la NAACP) Rachel Dolezal, afirma en televisión nacional, “que se identifica como negra” a pesar de su “melena rubia y piel clara”. El debate se hizo nacional en torno al siguiente punto: si ella no es de origen afro-americano, si su piel no es como es esperada que sea, entonces no puede ser la presidenta de una asociación que se dedica a defender los derechos de afro-americanos.

Así la discusión racial central, que al inicio giraba en torno a los derechos de dicha comunidad, terminó por la exclusión de esta comunidad de alguien que se identificaba con esta, pero que no cumplía las condiciones “raciales” para cumplir con dicha labor (3).

Si el problema de la identificación no cesa de cuestionar las paradojas de la identidad, la época del Otro que no existe nos invita repensar estas problemáticas no solamente desde la interioridad de nuestros consultorios, sino también desde la exterioridad de lo colectivo, del fenómeno de masas. Hoy por hoy el psicoanálisis lacaniano ofrece una lectura y una posibilidad de intervención de otro orden, no porque apueste a “un” orden sino justamente porque aloja y hace operativo aquello que “des-ordena”.

Juan Felipe Arango (Lacanian Compass, Miami, USA).

 

  1. Pride: Our Guide To All Things LGBTQIAPK
  2. Las identidades, una política, la identificación, un proceso y la identidad, un síntoma, por Marie Hélène Brousse.
  3. La activista Rachel Dolezal rompe su silencio: ‘Me identifico como negra’.